Esta historia es real y me ha hecho reflexionar. Recientemente falleció un hombre debido a una larga enfermedad, al dar las condolencias a uno de sus hijos este me comentó que su padre no había muerto a consecuencia de la enfermedad, la causa era haber arrojado la toalla. De entrada él tenía en mente que iba a morirse, tenía tanto miedo que no quiso que le dijeran lo que estaba padeciendo, aunque él lo sabia de sobras.
Llevaba tres días sin dormir, estaba muy tenso y nervioso. Al final logró reposar y ya no despertó. El mismo día de la muerte llegaron los resultados de las últimas pruebas, habían salido positivas y procedían a suspender el tratamiento debido a que se había conseguido frenar el avance de la enfermedad, los hijos dan por sentado que su padre murió porque creía que esa batalla la había perdido de antemano y porque estaba convencido de que moriría.
Personas cercanas al difunto indican que este murió propiamente de la enfermedad y que el enfermo no quería dormirse porque este sabía que no despertaría. La verdad es difícil saberla y no merece la pena darle más vueltas pero el mensaje esta claro.
No se hasta que punto el pensamiento positivo puede aportar mejoras en la salud, (hay estudios médicos que indican que el positivismo facilita la recuperación de las enfermedades y que estemos más saludables), pero lo que si tengo claro es que el pensamiento negativo te lleva a tirar la toalla y a regalar la victoria a lo indeseable.
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